Hace unos meses tuve la oportunidad de formar parte de una sesión de desarrollo personal de Insights®que me ayudó a conocerme mejor, pero también a conocer cómo me ven los demás y cómo podemos adaptar nuestra propia personalidad a diferentes situaciones.
Por una parte, nos encontramos con la percepción que tenemos de nosotros mismos y por otra, la percepción que tienen los demás de nosotros, que además, puede variar en función de si preguntamos a compañeros de trabajo o superiores, familia, pareja, amigos… Esta variación puede deberse a dos razones: el conocimiento que tienen de tu personalidad esas personas y tu capacidad de adaptación a diferentes entornos.
Por ello, te recomiendo que hagas un ejercicio de reflexión objetivo y sincero. ¿Cómo crees que te ven tus familiares y amigos? ¿Y tu jefe? ¿Y tus clientes? ¿Crees que esa percepción podría encajar mejor con la tuya propia? Que tengan percepciones diferentes sobre ti, no tiene porqué ser un aspecto negativo, se trata de una forma de adaptarnos a situaciones y personas. Por ejemplo, aquellas personas muy “azules” en el trabajo (metódicas, analíticas, minuciosas), podrían ser mucho más “amarillas” con su familia (entusiastas, ilusionados, inspiradores). Por otra parte, hay personas más “rojas” (activos, firmes, enérgicos) en el trabajo, que con sus amigos se vuelven mucho más “verdes” (conciliadores, pacientes, comprensivos).
Adaptar nuestra personalidad fácilmente a situaciones distintas es un aspecto positivo que nos permitirá actuar en consecuencia, siempre que mantengamos nuestra propia “esencia”. El objetivo es encontrar el equilibrio y podernos mover de una color a otro suavemente, sin que ello afecte a nuestra actuación ni relación con los demás. En ocasiones, es necesario hacer un cambio de color porque la realidad lo exige, si bien hay que mantener nuestros valores y hacer que se produzca de la manera menos drástica posible, volviendo después a nuestro estado “normal”.
Al hacer este ejercicio puedes encontrarte que algunas personas de tu alrededor te asocian con colores con los que no te identificas, o bien que el orden de los colores no se corresponde con lo que tú esperas de ti. Medítalo, piensa porqué tienen esa opinión de ti, háblalo con las personas a tu alrededor y, si es necesario, toma medidas y modifica la percepción externa.
¿Y tú? ¿Cómo apilarías las piezas? ¿Crees que los demás no lo harían así? ¿Qué podrías hacer para cambiar la percepción que los demás tienen de ti?
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