La semana pasada tuve la oportunidad de participar en el primer taller de innovación de Innova SÍ, cuyo objetivo es transformar una o varias ideas en un plan de acción aplicando soluciones creativas.
Tengo que reconocer que quizá me esperaba otra cosa. Llegué allí con la intención de conocer algo que era nuevo, de disfrutar y de aprender algunas herramientas. Y salí con un plan de acción, con varias reflexiones personales y con muchas ganas de ponerme “manos a la obra”.
Cuando te obligas a trabajar una idea durante unas horas, te das cuenta del verdadero potencial que puede tener reflexionar sobre algo que te ronda y que no sabes cómo poner en marcha. Ya ves, muchas veces es cuestión de pensar, para después trabajar. Creo que, en ocasiones, y así lo vi en el grupito de emprendedores que participaban, nos ponemos a trabajar sobre el “cómo” sin haber tenido totalmente claro el “para qué”.
Resulta increíble ver cómo una persona con una idea clara, tras unas horas pensando y analizando, puede llegar a la conclusión de que se ha equivocado en la razón de ser de un proyecto. Afortunadamente los que estaban allí no habían llegado demasiado tarde, pero cuántos emprenden, se hipotecan por sacar adelante una idea que finalmente se deja morir por no haberse trabajado lo suficiente en las fases iniciales.
En mi caso, tras darle vueltas a cómo llegar a más lectores, me di cuenta que ni si quiera yo me creía lo que hacía. Si tú no tienes clara la idea, o no crees en ella, ¿cómo puedes pretender que otros lo hagan?.
Esto del blog surgió una tarde en que no tenía mucho que hacer…y ya ves…no tendré 100% claro cómo enfocarlo pero sí tengo claro que disfruto con ello. Bien, primer check marcado, este es otro de los aspectos claves. Ahora falta trabajarlo, moverlo, machacarlo, probar diferentes especias y macerarlo.
Somos impacientes por naturaleza, sobre todo cuando se trata de algo que nos gusta. Nos sentamos y empezamos a pensar qué tenemos que hacer para llegar a muchas empresas o personas, cómo podemos vender más…pero generalmente obviamos el ejercicio previo de análisis. Este tipo de jornadas o talleres, te ayudan no sólo a definir tu idea con mayor claridad, sino a estructurar los pasitos que tendrás que tomar para ponerla en marcha. Se trata de algo sencillo, cualquiera puede llevarlo a cabo y es eminentemente práctico.
Resulta imprescindible comenzar con tu plan de acción en las primeras 24 horas, de otra manera, hay un alto porcentaje de posibilidades de que finalmente deseches el proyecto.
Como conclusiones finales y a modo de resumen, para lanzar nuestra idea es imprescindible la automotivación y el disfrute personal a la hora de ponerla en marcha, hacer frente a los miedos, tratar de abrir la mente, sustituir fracaso por aprendizaje…y eso sí grandes dosis de energía y muchas horas de trabajo 😉
¿A qué esperas? ¡Nunca es tarde para emprender!
Beatriz Valero
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