¿Alguna vez has pensado que lo que haces ya no tiene sentido? ¿Alguna vez has creído que pierdes el tiempo y que deberías tirar la toalla? ¿Has sentido que te invade la frustración, la decepción, el cansancio, el miedo…?
La desmotivación se acerca sigilosa, se aprovecha de la debilidad y la duda, de tu inseguridad, de tus miedos. Te toca, te atrapa, te alcanza y se aferra a ti hasta oprimirte, hasta acabar con tu fuerza, tus ganas, tu optimismo, tu predisposición, tu constancia, tu energía, tu futuro, tu sueño…
Deshace cada paso del camino andado, por largo que sea, y destruye el camino por recorrer. Se convierte en la barrera, la frontera, la muralla que te separa de tu meta, que te aleja de cada etapa, de cada hito, intensificando las pendientes, haciendo más abrupto el terreno, más escarpado e inaccesible, incrementando las distancias, eternizando cada paso, ralentizando el ritmo, alejando el final, anulándote, haciéndote olvidar el porqué y el para qué, eliminando cualquier sentido o razón…y acabando con la recompensa.
Se interpone así la frustración, la decepción, la inseguridad y se impone el pesimismo, la lástima y el victimismo. Te compadeces, buscas respuestas pero la ausencia de ellas te lleva a la resignación, al pesar, a la autojustificación y a la culpabilidad ajena. Pierdes el control, olvidas la lucha pasada, ignoras los retos vividos y por vivir, arrinconas tus recuerdos y esa vitalidad que tan lejos te había hecho llegar.
Es una lucha cuerpo a cuerpo, donde gana el mas fuerte, donde no debes bajar la guardia y debes imponer tu confianza, pelear por tus ideas, utilizar tu fortaleza y resistencia, derrotándola, cancelándola con tus competencias, reprimiéndola con tu potencial.
Aniquílala cuando muestre sus primeros síntomas, no permitas que eche raíces, no dejes que te rodee hasta ahogarte, frénala, que no acabe con tus objetivos, que tus metas perduren. Adáptate a los cambios y contraataca, no te defiendas, anticípate, reacciona y acciónate. Es controlable, tu eres más fuerte, tus sueños son sólidos y prioritarios, tu lucha es incansable y tu talento incalculable. Será otro repecho más en el camino, un pico que rebasar en la etapa, un nuevo desafío, una historia que contar, una experiencia de la que aprender, un hecho del pasado.
Tu sueño es el arma para aplacarla, no lo dejes escapar, no puedes evitar que el camino sea largo y angosto, pero sí puedes evitar que te falten fuerzas para superarlo porque cada caída servirá para evitar el próximo tropiezo, y cada tropiezo servirá para dar un paso más estable. Adelante.
Fuente imagen: Unsplash.com – Lucas Pimenta
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