¿Qué tal te va en la vida? ¿Te consideras un afortunado? ¿O más bien crees que en algunos aspectos la vida no se ha portado bien contigo? Seguramente esta reflexión te lleve a decir que no te puedes quejar pero que echas en falta determinadas cosas o que crees que tu vida podría haber sido mejor. Cuando reflexionas sobre esto, ¿en qué piensas?. O mejor, ¿en quién piensas?, ¿en ti o en el de tu lado?.
En el primer caso, deberías analizar qué podrías haber hecho para llegar a una situación similar: ¿podría haber tomado otras decisiones? ¿cómo habrían afectado esas decisiones a mi vida? ¿qué podría hacer hoy en día para cambiar mi situación?. Debes analizar el camino presente y el que te queda por recorrer.
Al final las comparaciones son odiosas porque siempre sale perdiendo una de las dos partes, y en muchas ocasiones, injustamente. No te centres en analizar únicamente el pasado, piensa en el presente y en cómo vas a proyectar tu propio futuro. No actúes para compararte, ni te compares para actuar. Actúa porque tienes una meta y actúa en consecuencia con ella. Y empieza a actuar ya.
Fuente imagen: Unsplash.com – Nigel Tadyanehondo
Deja un comentario