En la vida, como en el trabajo, cada acción viene impulsada por un objetivo. Al margen de aquellos objetivos que nos son implantados, cada persona se establece sus propias metas personales y determina cómo va a alcanzarlas, es lo que nos hace ponernos en “movimiento”. El deporte es un ejemplo claro de un proceso que comienza con el establecimiento de un objetivo, continua con una preparación y un esfuerzo y, finalmente, un logro, una recompensa.
¿Cómo es el proceso?
Al igual que en cualquier proyecto laboral, tus metas personales deben ser ante todo realistas y alcanzables, puesto que en caso contrario con el “fracaso” vendrá la desmotivación que sólo nos llevará a un mayor fracaso. Los objetivos deben ser específicos y establecerse para un periodo de tiempo determinado, debemos marcarnos una fecha aproximada para planificarnos. Al ser personales, dependen efectivamente,de la persona, por lo tanto vendrán determinados por las capacidades de cada uno.
Fuente imagen: Unsplash.com – Tamarcus Brown
Deja un comentario