Hacer balance y proponerse ilusión

El mes de diciembre llega a su fin y con ello, comienzan a crearse nuevos propósitos que sustituyen o que dan continuidad a los que nos establecimos el pasado año.

Aquí estoy de nuevo, tras meses de ausencia y no por falta de inspiración, sino por crear algo nuevo, quizá más serio y que requiera un mayor compromiso por mi parte. No me enorgullece haber dejado de escribir y nunca es tarde para retomarlo, aquí me veis con nueva imagen. Como todo en la vida, cuando perdemos un hábito puede llegar a resultar tremendamente difícil retomarlo. Desde hace un par de meses se acumulan multitud de ideas en mi cabeza y no estoy dispuesta a echarlas a perder. Por ello, aunque todavía quedan algunos retoques aquí y allá, os doy la bienvenida a mi nuevo blog.

Si el año pasado reflexioné sobre “¿Y por qué no cambiar los nuevos propósitos?”, estableciendo una serie de metas enfocadas en el desarrollo personal, este año lo que toca es hacer balance de estos últimos 12 meses.

Si 2013 fue un año de altibajos emocionales, en 2014 he conseguido alcanzar cierto equilibrio interior, sin dejar de emocionarme, claro está. La razón ha sido más bien un cúmulo de circunstancias personales y profesionales que me han ayudado a “relajarme” unos meses. Lamentablemente, he perdido algunos hábitos que estoy tratando de recuperar (el deporte y el blog). Afortunadamente, he crecido un poquito más y he hecho cosas por las que me siento muy satifsecha. Y sobre todo, he aprendido por mi misma y he aprendido de otros. Por ello, con este post quería hacer recuento de aquellas personas y situaciones de las que me llevo un pedacito de aprendizaje anual:

1. He aprendido que por encima de todo, tu familia se merece tu cariño. Pase lo que pase, siempre puedes y debes sacar tiempo para intercambiar unas palabras y algún gesto. Lo que para ti es insignificante, para ellos puede resultar un mundo. Siempre P, M y J.

2. Que hay amigos que siempre van a estar ahí. No son cantidad, pero desde luego son calidad y la calidad, hay que cuidarla. Gracias D, S y Cía.

3. He aprendido cuán importante es confiar en uno mismo. El miedo a afrontar nuevas etapas se reduce a la vez que se incrementa la confianza en uno mismo. Si confías en ti, confiarán otros y pronto se verán los resultados. Lo has demostrado, JV.

4. Que si de verdad quieres cumplir un sueño, no importan las barreras porque el entusiasmo y el trabajo te ayudarán a sortearlas. Ya queda menos, LL.

5. Que grandes dosis de esfuerzo no son nunca una pérdida de tiempo. Al final, el trabajo duro y, sobre todo, el trabajo de calidad se ve recompensado. Lo estás consiguiendo CM.

6. Que siempre se puede ser una superwoman o un superman. Mujer, trabajadora, hermana, hija, amiga y, sobre todo, mamá, con tiempo para jugar y dedicarse a los que quiere. Bravo VM.

7. Que puedes tirarte horas y horas trabajando cerca de una persona y que te siga sorprendiendo y alegrando el día, pase lo que pase. Gracias por “aparecer” LA, PP, LG, LA, AS, LR, CH.

8. Que algunas personas pueden pasar por tu vida dando pasos de elefante y desaparecer como una pantera. Mientras que otros aparecen sigilosos y se quedan, con mayor o menor presencia, pero se quedan.

9. Que los niños son alegrías, y que el observarles durante un rato, siempre puede arrancarte una sonrisa. Me derrito M y C. 😉

Pero además este año, he llevado a cabo uno de mis propósitos: disfrutar de la vida. Y he aprendido que para disfrutar se necesitan dos cosas: ganas de hacerlo y tiempo para dedicarle. De lo primero tengo suficiente y de lo segundo, ya sé de sobra que siempre hay tiempo para todo, es cuestión de ser capaz de organizarse y comprometerse. Si quieres establecer los nuevos propósitos, tan sólo piensa en qué cosas te hacen disfrutar y te hacen feliz de verdad. Ahora…hazlas realidad. Estoy segura de que pronto encontrarás la forma de hacerlo y los recursos necesarios. Valora alternativas.

Un año más, GRACIAS por estar ahí.

 

Beatriz Valero

Imagen: morguefile.com